México avanza hacia un cambio generacional marcado por un crecimiento demográfico en la proporción de adultos mayores. Aunque la prolongación de la esperanza de vida mundial se ha incrementado notablemente, ha sido desacelerada por la pandemia global, y las graves ausencias en políticas de salud han sido decepcionantes, este proceso de envejecimiento poblacional es un fenómeno de profundo impacto que ya se ha estudiado por urbanistas especializados, sin embargo no se han abordado soluciones con seriedad en el ámbito del desarrollo inmobiliario que tendrá cambios profundos en la sociedad como la conocemos, incluyendo el diseño urbano.
Este cambio generacional impacta la pirámide poblacional, ajustando la balanza entre la juventud y los adultos mayores, fenómeno innegable que requiere nuevas formas de hacer arquitectura. El diseño urbano se presenta como un medio para adecuar las ciudades mexicanas a la nueva realidad, que sean inclusivas, accesibles y centradas en las necesidades de los adultos mayores para asegurar su dignidad, bienestar e independencia, creando nuevas ciudades donde el envejecimiento sea una fase vibrante y significativa de la vida, donde la vejez se celebre y respalde.
Antecedentes
Desde 2010, el crecimiento urbano en México se ha desacelerado, pero persiste un déficit de 10 millones de nuevas viviendas en entornos urbanos, impulsado por diversos factores, como la migración de zonas rurales a urbanas y la búsqueda de mejores oportunidades, no solo de mexicanos sino de migrantes que van hacia Estados Unidos y no logran llegar. Sin embargo, este auge urbano ha generado desafíos, especialmente en la creación de entornos adecuados para los sectores de la población de escasos recursos.
La demanda de viviendas y espacios urbanos para la población de bajos ingresos ha sido omitida por los gobiernos mexicanos, por lo que empresas como Geo, Homex y Urbi desarrollaron conjuntos urbanos de gran envergadura sin una planificación adecuada y apoyo del Estado, incluso se han criticado y atacado estos conjuntos de tal forma que al darles la espalda provocaron inseguridad, invasión y una situación de 6 millones de viviendas deshabitadas. La falta de consideración por las necesidades cambiantes de la población, incluidos los adultos mayores, ha llevado a la creación de entornos urbanos que carecen de accesibilidad, diseño inclusivo y facilidades que promuevan la calidad de vida de las personas.
Los conjuntos urbanos construidos durante este periodo han centrado su atención en aspectos empresariales, descuidando la integración de características que permitan a las personas mayores envejecer en su propio entorno sin sentirse limitadas. La falta de espacios verdes, la inaccesibilidad de instalaciones y la ausencia de servicios médicos cercanos son solo algunos de los errores recurrentes, pero uno más importante es la carente relación con el contexto territorial que obliga a sus habitantes a recorrer largas distancias y transformarse en ciudades dormitorio.
La adaptación insuficiente de espacios urbanos para adultos mayores también se debe a una falta de conciencia y sensibilidad actual hacia sus necesidades particulares, pero no solo a este sector sino a la población de bajos recursos en general, lastimada por la pandemia e ignorada por sus gobernantes. La inversión en infraestructuras es nula, y se requiere invertir en movilidad, seguridad y comodidad de la población, y en específico a sectores vulnerables, por lo que es necesario retomar la participación de las desarrolladoras de vivienda para respaldar ese compromiso que se dejó de cumplir en esta década completa.
Una nueva política urbana en un robusto sistema nacional de planeación democrática con enfoque social, que promueva la unidad entre sectores públicos y privados, asociaciones civiles, instituciones y comunidades, lograrán crear instrumentos de fomento para la construcción de nuevos proyectos. Pero el tema central de esta entrada de blog es sobre el sector vulnerable en el futuro, los adultos mayores.
Experiencias Actuales
En el ámbito internacional, existen ejemplos de desarrollos urbanos adaptados para adultos mayores. En Japón y algunos países europeos, se han construido comunidades diseñadas específicamente para personas mayores. Integran espacios de vivienda accesibles, instalaciones médicas y áreas recreativas adaptadas, fomentando la independencia y la vida activa.
Un proyecto interesante es el "Lilian Baylis Old School" en Londres, Reino Unido. Se reconvirtió una antigua escuela en un complejo residencial adaptado para personas mayores, construyendo departamentos, espacios comunitarios y servicios de atención médica en el mismo lugar, promoviendo la vida independiente y la interacción social.
Otro ejemplo es "Lasell Village" en Newton, Massachusetts, Estados Unidos. Ofrece una variedad de prototipos de vivienda diseñadas específicamente para adultos mayores. Cuenta con instalaciones médicas, programas de bienestar y actividades culturales, así como una comunidad intergeneracional que fomenta la conexión entre generaciones.
En Japón, el proyecto "Senior Co-Housing" en Tokio es una propuesta inmobiliaria que significa “casa cooperativa o colectiva” para la población de personas mayores en el país que se enfoca en la convivencia y el apoyo mutuo entre los residentes. Las viviendas están diseñadas con características que facilitan la movilidad y la seguridad, y se promueve la participación en actividades sociales y recreativas.
El reto para México radica en aprender de estos modelos y aplicarlos en nuevos proyectos inmobiliarios. Paralelamente la planificación urbana debe considerar no solo la creación de viviendas, sino también la configuración de espacios que promuevan la interacción social, el ejercicio y la seguridad, así como adaptar espacios a la población de adultos mayores en fraccionamientos ya construidos, lo que representa un desafío y una oportunidad para transformar nuestras ciudades en lugares inclusivos y sostenibles para todas las edades.
Pronóstico
Para el año 2050, México enfrentará un panorama demográfico dominado por una población vulnerable. Se espera que continúe creciendo, aunque a un ritmo moderado y el proceso de envejecimiento poblacional seguirá en las ciudades, consolidadas como el epicentro del crecimiento poblacional, ya que más de un 70% de la población habitará en ellas. Se espera que las zonas metropolitanas experimenten una expansión urbana considerable y reciban migración de áreas rurales o internacional, que se concentrará en las principales ciudades, como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, aunque emergerán zonas metropolitanas de gran magnitud, algunos en la frontera con Estados Unidos.
Continuará la demanda de viviendas, servicios, infraestructura, movilidad sostenible y espacios públicos y equipamientos de salud, principalmente por la población de escasos recursos y se incorporará un sector de la población de adultos mayores con alta vulnerabilidad que probablemente se convierta en una prioridad. Dada su proporción se buscará implementar políticas y proyectos que promuevan la inclusión y la accesibilidad con un énfasis en la adaptación de espacios públicos, viviendas y servicios para atender las necesidades de esta población.
En el ámbito de la planificación urbana y regional, es posible que sea básico el diseño de espacios con criterios de accesibilidad universal y sustentables, movilidad verde, seguridad y comodidad de los adultos mayores, banquetas amplias, ubicación de servicios y la creación de comunidades intergeneracionales, como parte de una normatividad evolucionada.
Propuesta de Diseño Urbano para Adultos Mayores
La participación de los proyectos del futuro estará integrada por el Estado en todos sus ámbitos de gobierno, urbanistas, arquitectos, desarrolladores inmobiliarios, fundaciones asociaciones civiles, comunidades organizadas y expertos en gerontología. El diseño urbano para adultos mayores debe ser interdisciplinario, abarcando las dimensiones físicas, sociales y emocionales de esta comunidad, que brinde espacios seguros, asequibles y eficientes, que promuevan la independencia y la conexión social, consolidando vínculos intergeneracionales en los espacios públicos, redes de interacción y apoyo mutuo. La propuesta es la siguiente:
Sitio y contexto geográfico. Es inevitable que la expansión urbana continúe su crecimiento en las zonas metropolitanas actuales, pero se debe tomar preferencia a desarrollar proyectos en lugares cálidos para evitar las temperaturas frías, considerando el proyecto en un ambiente suburbano, situado en las periferias.
Diseño de la vivienda. Contemplar un jardín delantero que incluya al menos un cajón de estacionamiento, junto con jardines traseros que aseguran una ventilación natural constante. La recámara principal debe contar con baño equipado con accesibilidad universal y un amplio vestidor, mientras que los demás interiores mantengan un diseño abierto que una a la sala, comedor y cocina, promoviendo la interacción, y con opción de expandir el espacio en la planta alta para crear un cuarto de huéspedes. Debido al cambio climático se deben incorporar sistemas económicos de calefacción y aire acondicionado, y en la medida de lo posible que exista un diseño bioclimático.
Accesibilidad Universal y Sustentabilidad. Las vialidades y espacios públicos deben ser diseñados para personas de todas las edades y capacidades, incluyendo mobiliario urbano inclusivo, rampas al 4%, pasos peatonales a nivel, señalización clara, diseños sostenibles (como techos verdes, jardines comunitarios, sistemas de recolección de agua de lluvia), diversidad de pavimentos con franjas táctiles, iluminación led con energía solar, y desaparición de cambios de nivel usando pendientes en todas las plataformas.
Infraestructura de transporte y vial. Creación de senderos peatonales y ciclovías seguras, así como uso gratuito de medios de transporte sostenibles como bicicletas y patinetas. Diseño y adaptación de sistemas de transporte público masivo accesibles y de bajo impacto ambiental, incorporando proyectos de BRT (Bus Rapid Transport). La propuesta de banquetas tiene que ser igual o mayor a 2 m de ancho y en ningún momento se debería permitir el estacionamiento sobre la calzada en una sección transversal de vialidad.
Infraestructura urbana primaria. Asegurar un suministro eficiente de agua potable mediante un pozo, instalación subterránea de línea de gas natural, energía eléctrica y fibra óptica a lo largo de la banqueta, calzadas diseñadas con doble atarjea para alcantarillado pluvial y sanitario descargando en una planta de tratamiento de agua residual que funcione a través de energía solar, de la cual se pueda construir un sistema automático de riego, e impulsar la conectividad digital al implementar una red de Internet en todos los espacios públicos, fomentando así la accesibilidad y la modernización de la comunidad.
Equipamiento urbano. Incluir instalaciones educativas en todos sus grados hasta áreas de recreación pública, centros comunitarios, guarderías y centros de salud. Construcción de espacios deportivos como gimnasios, juegos de mesa, asadores y áreas recreativas. La gestión de todas estas instalaciones recae en una colaboración efectiva entre los gobiernos locales y la comunidad, asegurando así una correspondencia fluida y un funcionamiento óptimo de los servicios y amenidades.
Seguridad pública. Prioriza la iluminación natural en espacios públicos y una estratégica iluminación LED alimentada por energía solar. Implementación de un sistema de vigilancia mediante cámaras de monitoreo accesibles en tiempo real para la ciudadanía, así como la creación de una comandancia de policía centralizada, junto con un acceso controlado a las comunidades a través de casetas de vigilancia, que contribuyan a un ambiente seguro.
Ambiente social. Fomentar un ambiente social mediante la integración de los nuevos habitantes con la comunidad local mediante la participación en las costumbres y tradiciones ya establecidas, a través de la celebración de días especiales en espacios públicos que promuevan la interacción y el intercambio cultural. La creación de plazas y explanadas adecuadas permitirá la organización de diversos eventos culturales y sociales generando un tejido comunitario, por lo que es necesaria la convivencia entre adultos mayores, jóvenes y niños.
Usos del suelo. El plan maestro ideal debe limitar la vialidad a un máximo del 18% de la superficie del predio, 15% para usos mixtos que incluyan equipamientos básicos, comercios, industrias y servicios. La vivienda debería ocupar hasta un 40% del terreno y el restante porcentaje debe ser destinado a áreas verdes, abarcando equipamientos esenciales como parques urbanos, jardines comunitarios, parques temáticos y centros deportivos. Estas consideraciones definen la ubicación del predio hacia las zonas metropolitanas, donde los costos de terreno son más baratos, asegurando tanto la viabilidad económica como la funcionalidad del proyecto.
Normatividad. En la reforma al sistema nacional de planeación democrática, es esencial integrar una normatividad unificada que abarque todos los aspectos previamente mencionados, enfocados en la accesibilidad universal y sustentable. Esto implica una revisión y actualización de las normas técnicas de los sistemas de equipamientos de Sedesol, asegurando que estén alineadas con los objetivos del proyecto. Adicionalmente, se requiere la creación de un plano de usos del suelo en el conjunto urbano, priorizando zonas centrales del proyecto, con el fin de garantizar una distribución eficiente de los usos y fomentar la vitalidad en el corazón de la comunidad. Esta homologación de la normatividad y la planificación precisa son elementos clave para el éxito de un diseño urbano que promueva la calidad de vida y la sostenibilidad en todas sus dimensiones.
Limitaciones de le propuesta
Debido al grave retroceso sociopolítico y económico que atraviesa México, se vislumbran notables carencias en el ámbito de la producción de vivienda social durante los próximos años. Aunque algunas empresas inmobiliarias se dedican al desarrollo de conjuntos residenciales verticales dirigidos a segmentos de población de clase media y alta, el desafío que se plantea en este artículo radica en aquellos sectores de la población que carecen de recursos propios para acceder a estas oportunidades. La viabilidad financiera surge como uno de los retos centrales, ya que los costos de construcción y adquisición demandan la participación de nuevas instituciones de vivienda para fortalecer la regulación y coherencia de los gobiernos locales al otorgar permisos y licencias, ya que serán obras de carácter social.
La disponibilidad de reserva territorial se encuentra sujeta a las decisiones de los propietarios, que en ocasiones especulan con intereses particulares que podrían impactar negativamente en los costos finales de las viviendas, por lo que el Estado deberá adquirir el suelo para desarrollarlos con las características abordadas anteriormente. El costo tanto de la construcción como del mantenimiento de estas unidades habitacionales también merece atención especial, dado que los adultos mayores no deben realizar trabajos físicos fuera de sus hogares y es necesario contemplar estrategias para solventarlos.
Las dificultades logísticas en la ejecución de proyectos de esta índole son un factor para tener en cuenta, ya que la coordinación de diferentes actores, la gestión de recursos y la planificación eficiente pueden resultar complejas y requerir la participación de instituciones especializadas en el ámbito de la vivienda. Y finalmente, para abordar de manera efectiva estos desafíos y lograr un impacto positivo en la calidad de vida de la población adulta mayor de bajos recursos, deben colaborar los sectores público y privado junto con las instituciones, buscando soluciones integrales y sostenibles que respondan a las necesidades específicas de este segmento de la población.
Conclusiones
La revolución demográfica se presenta como un desafío que trae consigo oportunidades inmobiliarias. Mi experiencia en Desarrolladora Homex ha fortalecido mi visión de que la clave en México está en forjar espacios que fusionen eficiencia y calidad de vida desde una posición empresarial, creando nuevas comunidades. En un mundo en constante cambio demográfico, es esencial que el diseño urbano refleje las necesidades y aspiraciones de todas las generaciones, incluidos los adultos mayores.
En medio de los desafíos inherentes al mal gobierno y el cambio demográfico, el diseño urbano emerge como una herramienta esencial para moldear entornos que fomenten una vida plena en todas las etapas, directamente en el corazón de nuestras ciudades. Los adultos mayores son un grupo que debemos proteger y tenemos la fuerza y la capacidad para ofrecerles una calidad de vida digna y respetuosa para las presentes y futuras generaciones.
Este enfoque no solo se traduce en el diseño de calles y edificios, sino en la creación de lugares que promuevan la inclusión y el bienestar de todas las generaciones. El urbanismo se convierte en un instrumento práctico para imaginar espacios donde la funcionalidad y la calidad de vida convergen en una simbiosis enriquecedora. Considero que estamos llamados a generar ciudades que reflejen nuestra capacidad de adaptación y empatía, donde el diseño no solo aborde las necesidades actuales, sino que también se proyecte hacia un futuro más equitativo y accesible para todos los que queremos envejecer con calidad.
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